ARTE DE PENSAR

martes, 15 de agosto de 2017

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LAS REDES SOCIALES

Foto de: http://weltmx.blogspot.com/2011/02/caricaturas-

Mi hijo Fernando José me ha enviado este magnífico artículo sobre el amor en  los tiempos actuales. Sonrío (no sé sin por nostalgia o impotencia) ante el hecho de que hoy este viejo asunto de las relaciones sentimentales ha sufrido un vuelco más espectacular e importante que los primeros vuelos al espacio exterior, tan reseñados en mi época adolescente, y esto como fruto de los avances tecnológicos. Todo  me confirma las sospechas que he venido alentando desde hace algunos años, de que los adultos cada vez estamos más fuera de lugar, menos preparados, en la comprensión de estos signos de los tiempos actuales. En otras palabras, nada sabemos y menos entendemos de la vida y el mundo de la juventud y la tecnología.Vamos al artículo:



Dale like, suscríbete, comparte. Cuántas veces más escucharé todo esto, como todo fanático de la tecnología sé perfectamente bien que Luis Fonsi (cuando valía la pena escucharlo no como ahora) tuvo razón hace años, “Nada es para siempre amor hoy nos toca COMPARTIR la misma luna...”, tuvo razón en que nada es para siempre y en que todo el mundo iba a compartir la luna como idiotas. Vivimos en el siglo del Internet, todos estamos conectados a algo, yo soy un ejemplo, por qué carajo estoy escribiendo esta nota en facebook, la respuesta es obvia, pero más allá de eso hemos de considerar que este es el tiempo donde si no estás conectado entonces no existes, y vaya que es algo serio esto, como si otrora la gente hubiera necesitado “vivir” de esta forma para “vivir”.
Me hago a una idea retorcida, ¿se imaginan una representación de las redes sociales en el siglo XIX? facebook sería como un enorme mural puesto en medio de la plaza de un pueblo justo en frente de una tarima, las personas tendrían que subir a la tarima a contarle a todo el transeúnte lo que andaban haciendo, mostrar un enorme cartel con el cuento resumido y habría un empleado municipal haciendo las de fotógrafo para capturar el momento y “publicarlo” en el mural, así toda la gente sabría que el vecino desplumó una gallina o que el alcalde le cambió las herraduras a su caballo por unas “de marca” traídas de un herrero de afuera. Ya me imagino a más de un ingenuo publicando su amor por “Dionisia” al tiempo que “Dionisia” llegaba para decirle “Lo siento Dragoslavo, solo te quiero como mi leal camarada” dejando al descubierto del pueblo la triste desgracia de una Friendzone en épocas primitivas. ¡Boletín informativo! Dragoslavo ha decidido quitarse la vida atándose a su carruaje para ser arrastrado, toda la información en el mural oficial del pueblo.

Vaya locura la que vivimos. Se imaginan lo que es estar enamorado en estos días. 

Platicaba con mi padre hace unos días sobre esto, el me relataba como era en su tiempo cortejar a una dama. Yo le hablaba de este, donde para poder cortejar a una dama primero es necesario conseguir todos sus perfiles oficiales en todas sus redes, según la red social así el nivel de progreso. 

Si te da el de instagram es para ser testigo de su postureo, que si te da el snapchat es 
para irte consumiendo el alma por unos instantes mientras se borran los videítos que 
evidencian un claro complejo de ser animal usando filtros para decorar una para nada 
agraciada ni interesante rutina de todos los días, que si te da el facebook te da acceso 
total a su mundo para compartir de todo, menos de algo productivo evidentemente y 
por último su whatsapp, esa delgada línea entre la santidad de mensajitos tiernos y la 
lujuria de desnudos “artísticos” cual fiel imitación de Rose y Jack en Titanic, un 
nuevo dogma, el nuevo evangelio “El sexting”.

Es chistoso cuando te das cuenta que hay personas que tienen la tendencia de no 
hablarte en persona, pero cuando te escriben por facebook o whatsapp no hay quien 
las pare ¡maldita sea! 

 ¿En qué momento los humanos dejamos de tocarnos con miradas y penetrarnos con 
las palabras?... pregunta retórica, eso es desde que el Celestino cambió del amigo en 
común a un smartphone. Sí, ahora la magia te la hace “el filtro”, “los seguidores”, 
“dime cuantos likes tienes y te diré si habrá sexo”. Smartphone, cuando un aparato 
se volvió más inteligente que el dueño, el mundo perdió todo rastro de sensatez, no 
hay nada de malo en aceptar que ahora las personas no son capaces de usar la cabeza 
para cosas sencillas, ahora no puede decirse ni un simple “te amo” si no va pegado 
con un emoji, ya no sabemos cuál es la capital de Italia. (Noooooo, no es Juventus la 
¡puta madre!) sin tener que googlearlo en el cel, ya no sabemos cuál es la diferencia 
entre un melocotón y un durazno sin hacer la encuesta en twitter y peor aún, nadie 
responde ya a las preguntas, ¡hay que llegar a los 10 mil likes! ¡válgame Dios! 

Ahora en las escuelas los niños tienen twitter antes que libros de texto, que bonito 
era cuando podías mentarle la madre al profesor usando los siempre útiles papelitos, 
pues bien, a alguien se le ocurrió que era mejor 140 caracteres.

Vivimos en la humanidad más inhumana de la historia, lo cierto es que esto sólo podrá ir a peor, cuando las personas ya no necesiten de otras para satisfacer el deseo de “lo social” y todo se vuelva tan mecanizado e impersonal que no me extrañaría que se soltara el puto apocalipsis y Skynet verdaderamente nos metiera el pendrive por el mero puerto y no, no es en sentido figurado, estoy siendo gráficamente literal. Vivimos en una época en la que ya no hablas con la gente, le escribes y lo peor es que le escribes mal, la gente ya no escribe decentemente carajo (¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOO!... no se escribe “enserio” ¡la puta madre!, se escribe EN SERIO). Es todo tan jodidamente difícil que ya nadie se putea en la cara, todo es una exhibición de punchlines en twitter, facebook, youtube y donde sea que haya alguien a quien no le interese el pleito pero que lo pueda ver; ojo que aquí va una predicción, llegaremos a una época en la que la gente va a pagar por ver el material “red band” de pleitos y chismes en redes sociales, porque lo más seguro es que hay alguien que en este momento ya le está sacando provecho a la idea. Vaya pendejereta.
El amor en los tiempos de las redes sociales, no es más que ser el más comercial de los amores compartiendo imágenes y textos prefabricados por delante de intenciones igualmente prefabricadas, llenar el universo de memes por cada estupidez que alguien cometa, haciendo cada vez más difícil tener el derecho a ser imperfecto en la privacidad de la vida.

El amor en los tiempos de las redes sociales es pedirle a Dios por dos cosas; o bien llega un ,cataclismo solar que acabe con todo satélite habido o por haber devolviendo a la sociedad a un estado de total primitivismo que aprendamos a ser humanos otra vez y volvamos a empezar (sé muy bien al igual que ustedes que es muy probable que hayan suicidios masivos pero es culpa de lo mismo, la gente ya no piensa si no es por android o ios); o bien nos educamos para volver a ser personas, que viven, que sienten, que sueñan, que aspiran a cosas más allá de lo establecido, que volvamos a ser personas que busquemos un beso antes que un “like” y el amor antes que un “Te sigue”.

Dale like, suscríbete, comparte, Mi libro satélite natural de Neptuno 2: la confrontación de Isaías es un éxito de ventas en algún puto mundo de LOL (chiste diseñado para algunos, pero para los que no lo conozcan busquen a Dross en youtube... y síganlo). Ya hablando en serio, la vida siempre ha sido más que una pantalla táctil en un dispositivo que valga el triple del salario mínimo de un obrero, el amor es mucho más que el catálogo de apps en una tienda virtual.


Fernando 

No hay comentarios: